domingo, 5 de abril de 2009

¿DÓNDE ESTÁ COPPOLA?


Desde que se consagró a la tarea de alentar los pasos como directora de su talentosa hija Sofía, Francis Ford Coppola, uno de los mayores cineastas de la historia, nos tiene huérfanos de obras maestras como la que acabo de revisar hace un instante en el DVD. Rumble Fish (rebautizada de modo absurdo en estos pagos como La ley de la calle) es una película tan hermosa que resulta difícil de creer. Es imposible olvidar un personaje como El Chico de la Moto (acaso la mejor interpretación de Mickey Rourke), un héroe trágico admirado hasta el extremo por su hermano menor, un Matt Dillon desorientado, en busca de su lugar en el mundo.
Aquí Coppola nos evoca más que nunca a su verdadero maestro, que no es otro que el Welles de Sed de mal. La estética elaborada y cercana al expresionismo, con una fotografía en blanco y negro prodigiosa; la banda sonora de Stewart Copeland, el baterista de The Police, que se adapta como un guante a las hipnóticas imágenes; las presencias escogidas de Tom Waits o una entonces prometedora Diane Lane... todo en este título de culto remite al genio que fue capaz de enhebrar la saga de El Padrino y Apocalypse Now.
Hace ya dos largos años que se estrenó en los USA Youth without youth, sin que ningún distribuidor se haya dignado exhibirla en España. Tras ella Coppola ultima estos días el rodaje -azaroso, según recogen las crónicas- de Tetro (en la que aparece nuestra Maribel Verdú). Problemas de financiación han estado a punto de dar al traste con este proyecto, lo que nos devuelve una vez más el eco de Welles, cuya trayectoria estuvo marcada por la incomprensión y recelo de la industria (además de por su indomable ego, todo hay que decirlo). En un momento en el que los cineastas de raza no abundan precisamente, uno cree que individuos como Coppola debieran ser auspiciados y mimados de por vida.
Pocos como él conocen el secreto del gran cine.